Solidarios y no miopes
Por Kajkoj Maximo Ba Tiul - Guatemala, 23 de marzo de
2020
ajpop2004@yahoo.es
Con la llegada del CORONAVIRUS; nuestro país,
principalmente la clase urbana y mediera, entró en un
estado de miedo, de pánico. El miedo a la muerte se hace
latente. La burguesía y la oligarquía económica, como los
dueños de esta gran finca, rechazan las medidas que el
gobierno quiere implementar, claro, porque no importa la
vida de la mayoría, importan sus ganancias, el superávit.
En las últimas conferencias de prensa, el Presidente,
aparece como alguien que ayer dijo una cosa y mañana otra,
porque obedece a sus patrones.
Por si fuera poco y aprovechando el momento, las pequeñas
burguesías locales, le subieron el precio al maíz, al
frijol, al arroz, es decir; a la canasta básica. La gente
sin saber ni porqué, se durmieron el día lunes, con la
sorpresa que el maíz estaba costando Q.350.00 el quintal.
Un precio nunca antes visto en todos los lugares. Los
expendedores y vendedores de este principal grano para
todas las familias, comenzaron a guardarlos, para esperar
una nueva oportunidad para subir más los precios de la
canasta básica.
Es cierto que ante esta situación y sobre todo por los
efectos del CORONAVIRUS, debemos tomar nuestras
precauciones y evitar que se propague. A pesar de la
desesperanza que brinda el presidente, al decir: “llegó
para quedarse”, claro, porque estamos enfrentando una
pandemia que inició en medio de una de las potencias
mundiales, con las condiciones de un país, que no tiene ni
la más mínima idea de que es. Si a puras penas enfrentamos
huracanes, erupciones de volcanes, inundaciones,
terremotos y eso, que con la ayuda de toda la población,
acostumbrada a solidarizarse y apoyarse mutuamente, porque
de los gobernantes nunca esperamos nada.
El presidente, en la conferencia de la noche de hoy, sale
como con datos triunfalistas. “El esfuerzo que hemos hecho
ha permitido que la “gripona”, como él le llama, no se ha
expandido”. Ahora estamos construyendo un hospital, entre
otras cosas y ni es hospital, porque lo que se está
adecuando es un espacio que ha servido para otros eventos.
Si ésta emergencia ha permitido agilizar muchas cosas y
tratar la manera de que no se desarrolle en nuestro país,
entonces, si llevamos tantos años de pedir que se atienda
la desnutrición, el analfabetismo, la pobreza y la extrema
pobreza y por qué no se ha hecho nada para resolverlo.
Regresando, al miedo urbano, es porque las medidas que
hasta ahora se han implementado es para la ciudad o
grandes ciudades como Quetzaltenango, Huehuetenango,
Cobán, etc., pero para las comunidades rurales, que se
piensa hacer?. Solo hemos escuchado unas cuantas palabras
en los idiomas mayas, que en vez de aclarar confunden a la
población. Aunque es cierto que se han suspendido las
clases, pero el Ministerio de Educación, tal vez tendría
que haber
implementado un sistema de comunicación en las escuelas,
aprovechando que los maestros no van a impartir clases,
que vayan a las comunidades a orientar a la gente,
conjuntamente con trabajadores del Ministerio de Salud.
Me pregunto; don Juan, don Aurelio, Doña María, etc.,
sabrán de lo que estamos hablando. La señora que vende
tomates en el mercado y que se levanta a las cinco de la
mañana; tendrá conocimiento porque todos o por lo menos
algunos estamos en casa. Doña Jacinta que vende tortillas,
tendrá conocimiento claro, porqué lloró anoche, cuando el
vendedor de maíz le cobró Q.3.50 cada libra. O cuando ven
a algunos andar con una mascarilla en la calle, como nos
preguntaba una señora:
¿qué está pasando aquí, nunca habíamos visto algo así?.
Hoy la solidaridad y el apoyo que nos caracteriza deben
funcionar. No esperemos mucho de gobiernos como el
nuestro, que se deja torcer el brazo por los dueños del
país, quienes ahora están negociando el pago del bono 14,
cuando lo que deberían de hacer es aumentarle los salarios
a la gente, porque hace un mes no estaba entre la canasta
básica la compra de mascarillas, gel, etc.
También es cierto que el miedo al CORONAVIRUS; nos puede
ayudar a vivir en familia, a leer, escuchar música; como
si todos estuviéramos viviendo en mansiones o casa de
concreto o como si todos en Guatemala, tuvieran esa
posibilidad. Hay muchos y es la mayoría, que tienen que
salir, porque si no es así, como les llegará la comida a
sus casas. O porque el dueño de la finca o de la fábrica
no les permitió estar en casa.
No tenemos que dejar que el miedo nos vuelva nuevamente
individualistas o miopes, porque mientras estamos
encerrados en la casa o viendo noticias sobre la pandemia,
los grupos de poder y los políticos están haciendo de las
suyas. Ayer la aprobaciones de un préstamo millonario por
la pandemia y hoy la elección de magistrados del Tribunal
Supremo Electoral, siendo todos miembros del pacto de
corruptos.
Lo más triste de todo esto, es que mientras “doña Juana si
cerró su tienda, por miedo a que la lleven presa o la
multen, los dueños de las grandes tiendas o centros
comerciales y las fábricas, siguen sus actividades como si
nada pasara, exponiendo la vida de la gente, porque lo que
les importa es sus ganancias y no la gente que está en
riesgo, que no son colaboradores, sino trabajadores y mal
pagados”.
Entonces no es que Dios Bendiga a Guatemala, como dice la
frase más farsante que repite el presidente. Aquí la idea
es que; “si no nos unimos y no somos solidarios,
Guatemala, podría estar en peligro, no solo por el
CORONAVIRUS, sino por quienes gobiernan hoy, que siguen
siendo del mismo pacto de corruptos.
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